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jueves, 2 de octubre de 2014

El terrorífico mes letrambulante




 
Llega a Letrambulario el décimo mes del año, y el colibrí letrambulante se enfocará en el género del terror, del misterio y lo sobrenatural. Iniciamos con los afectados de los hechizos y demás artes mágicas. Seguimos con las letras en el tejado para después enfrentar a los monstruos de la literatura. Continuamos con los grandes del terror y cerramos con un crossover inolvidable Halloween vs. día de Muertos. Solo aquí en Letrambulario; porque las palabras también asustan.
 
Es común que en los relatos de la literatura infantil, que el héroe se encuentre bajo el poder de un encantamiento o dominio de algún poder mágico, lo que dificulta notablemente el feliz desenlace. No son tanto los brujos, hechiceros o magos, sino los conjuros que afectan no solo al protagonista; sino además al lector (especialmente si la historia ya lo tiene bajo su encanto).
Esos son los embrujos y embrujados el tema con el que iniciamos en este terrorífico Octubre, y esto es Letrambuario radio; porque las palabras también embrujan.
 
Se dice que es usual que los villanos en cualquier fábula, novela o película, posean mejor arsenal que el protagonista principal. Esto se debe a la tan mencionada frase que se refiere a que el bien es más poderoso que el mal, pero ¿Que tan cierto es esto? Basta con recordar historias clásicas como Blanca Nieves o La Bella durmiente del Bosque donde solo es necesario un beso de amor para romper el hechizo, máximo símbolo que confirma el sacrificio que el héroe ejerció durante toda su aventura con escasa e incluso nula intervención de artes mágicas como ocurren en el cuento Los cisnes Salvajes, de Hans Christian Andersen, donde la heroína debe sufrir los pinchazos al tejer camisas de zarzales para liberar a sus hermanos del embrujo de su madrastra.
Escritores contemporáneos del público infantil y adulto continúan poniendo a sus protagonistas en el apuro que los deja algún maleficio cuando se pretende lograr cosas grandes (y comunes) como evitar un desastre.
 Roald Dahl, autor de Charlie y la Fabrica de Chocolate, nos relata las dificultades que implica salvar al mundo de una invasión de brujas, sobre todo cuando el único testigo de la conspiración es un niño, que además ha sido convertido en ratón. Por otra parte, el antropólogo, etnobotánico, escritor y fotógrafo Wade Davis, que investigó en Haití el caso de Clairvius Narcisse, un lugareño supuestamente envenenado, enterrado vivo y víctima del proceso de zombificación.
Los embrujos y sus víctimas estarán latentes en todas las historias según el género. Pero sin más evidencia que si la historia seduce al lector, es casi seguro que el apasionado hechizo no se romperá; hasta que se llegue a la última página.
 
 
 
 
 
 

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