Llega a Letrambulario el décimo mes del año, y el colibrí letrambulante se enfocará en el género del terror, del misterio y lo sobrenatural. Iniciamos con los afectados de los hechizos y demás artes mágicas. Seguimos con las letras en el tejado para después enfrentar a los monstruos de la literatura. Continuamos con los grandes del terror y cerramos con un crossover inolvidable Halloween vs. día de Muertos. Solo aquí en Letrambulario; porque las palabras también asustan.
Es común que en
los relatos de la literatura infantil, que el héroe se encuentre bajo el poder
de un encantamiento o dominio de algún poder mágico, lo que dificulta
notablemente el feliz desenlace. No son tanto los brujos, hechiceros o magos,
sino los conjuros que afectan no solo al protagonista; sino además al lector
(especialmente si la historia ya lo tiene bajo su encanto).
Esos son los embrujos y embrujados el tema con el que
iniciamos en este terrorífico Octubre, y esto es Letrambuario radio; porque las
palabras también embrujan.
Se dice que es
usual que los villanos en cualquier fábula, novela o película, posean mejor
arsenal que el protagonista principal. Esto se debe a la tan mencionada frase
que se refiere a que el bien es más poderoso que el mal, pero ¿Que tan cierto
es esto? Basta con recordar historias clásicas como Blanca Nieves o La Bella
durmiente del Bosque donde solo es necesario un beso de amor para romper el
hechizo, máximo símbolo que confirma el sacrificio que el héroe ejerció durante
toda su aventura con escasa e incluso nula intervención de artes mágicas como
ocurren en el cuento Los cisnes Salvajes,
de Hans Christian Andersen, donde la heroína debe sufrir los pinchazos al tejer
camisas de zarzales para liberar a sus hermanos del embrujo de su madrastra.
Escritores
contemporáneos del público infantil y adulto continúan poniendo a sus
protagonistas en el apuro que los deja algún maleficio cuando se pretende
lograr cosas grandes (y comunes) como evitar un desastre.
Roald Dahl, autor de Charlie y la Fabrica de Chocolate, nos relata las dificultades que
implica salvar al mundo de una invasión de brujas, sobre todo cuando el único
testigo de la conspiración es un niño, que además ha sido convertido en ratón.
Por otra parte, el antropólogo, etnobotánico, escritor y fotógrafo Wade Davis, que
investigó en Haití el caso de Clairvius Narcisse, un lugareño supuestamente
envenenado, enterrado vivo y víctima del proceso de zombificación.
Los embrujos y
sus víctimas estarán latentes en todas las historias según el género. Pero sin
más evidencia que si la historia seduce al lector, es casi seguro que el
apasionado hechizo no se romperá; hasta que se llegue a la última página.
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