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martes, 14 de octubre de 2014

Este Viernes monstruoso...

  


El avistamiento de una criatura que rompe con lo establecido según las leyes naturales, usualmente se considera algo sobrenatural y más que nada, peligroso. Autores de la antigüedad han mencionado tales criaturas y nos cuentan el aspecto, las habilidades y su modo de vida. En la literatura, los monstruos tienen su lugar de honor junto a héroes y villanos de todos los tiempos

Así pues, abramos el monstruoso libro de los monstruos: toma 2 en Letrambulario; porque las palabras también son monstruosas.

 La palabra Monstruo (del latín Monstrum: Presagio) es usualmente usada para describir algún ser inusual, peligroso, y especialmente: grande. Estos seres que poseen elementos animales, humanos o incluso necrológicos, así como ciertas habilidades sobrenaturales; aparecen desde los antiguos relatos cuyos autores se han basado en tradiciones orales como El Cantar de los Nibelungos de autor anónimo con antagonistas mágicos, o La Odisea de Homero con sus gigantescos Cíclopes.
 
   

Es de suponer que la literatura no ha sido nada ajena a hacer realmente ilimitada la lista de monstruos y personajes monstruosos. Desde leyendas y relatos orales, mitos, cuentos populares sin autor conocido, hasta obras de variados géneros escritas en recientes siglos, décadas y años, es posible hallar personajes que en mayor o menor grado, tanto en el ámbito de la ficción realista como maravillosa y fantástica, presentan las características de anormalidad, espanto, exceso, fealdad o excepcionalidad del ser monstruoso.

Autores como Mar Shelley, Bram Stocker, Herman Melville y Delos W. Lovelace, han creado a los más memorables monstruos de todos los tiempos como Frankenstein, Drácula, Moby Dick y King Kong respectivamente. Aunque éstos ejemplos difieren en cuanto el concepto del bien y del mal; el resultado es que todos representan peligro, ya sea por el instinto agresivo que su naturaleza guarda, la maldad que el hombre mismo les induce, y ocasionalmente; los verdaderos monstruos son aquellos humanos que vemos a diario, capaces de cometer las más bajas acciones por simple codicia. Es común que cada nación en el mundo posea sus propios monstruos, ya sea míticos o verdaderos, a favor o en contra del hombre, estos han trascendido y seguirán trascendiendo  en cada vuelta de página.




 


 

 

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