La novela gráfica es un derivaddl cómic y por ella
se entiende una historia de cierta extensión, ilustrada con viñetas, en tono
serio y «adulto» y con línea narrativa similar a las de las novelas literarias.
Normalmente su encuadernación es como la de los libros y (a diferencia de los
cómics, asequibles en puestos de periódicos) se distribuye a través de
librerías y tiendas especializadas.
Los antecedentes de esta forma de expresión gráfica y
literaria los encontramos en fuentes tan antiguas como las pinturas rupestres
de la prehistoria, los manuscritos medievales que contaban con ilustraciones
que apoyaban la narrativa o en ciertas novelas del siglo XVIII y XIX, que se
acompañaban de grabados e ilustraciones. Pero la novela gráfica, como tal, es
un producto del siglo XX: en los años 40, por ejemplo, existieron los famosos
Clásicos Ilustrados, que novelizaban e ilustraban algunas obras clásicas de la
literatura, y en la década de los 60, el boom de la industria del cómic hizo
que los autores buscaran nuevos formatos y maneras más audaces de presentar sus
historias.
Así fue como, en 1971, apareció Blackmark, de Gil Kane y Archie Goodwin —un cómic de 200 páginas
acerca de magia, capas y espadas— la cual es generalmente aceptada como la
primera novela gráfica, aunque en su momento no se definía como tal. Siete años
después, A Contract with God, de Will
Eisner, fue la primera obra que se definió a sí misma como «novela gráfica».
La década de los 80 marca el auge
de la novela gráfica: de 1982 a 1988, Marvel sacó al mercado una serie de
novelas gráficas de la mano de algunos célebres autores como J. M. Dematteis,
Bill Sienkiewicz y Frank Miller. Por su parte, DC Comics dio una nueva
dimensión al formato con la publicación de The Dark Knight Returns (1986) —una
pesimista historia de Frank Miller que retrata las andanzas de un Batman
anciano en una sociedad distópica— y Watchmen (1987), una serie de Alan Moore y
Dave Gibbons que hizo que la prensa declarara que los cómics dejaron de ser
«cosa de niños».
Un factor decisivo para la popularización de las
novelas gráficas ha sido —(si…adivinaron) — su salto a la pantalla grande.
Películas como Akira (1988), Judge Dredd (1995), Desde el infierno (2001), Ghost
World (2001) y, en estos últimos años Sin
City de Frank Miller (2005), V de
venganza (2005), Una historia
violenta (2005), 300 (2006), Persépolis
(2007), Sandman y Coraline de Neil Gaiman (2008) Watchmen (2009), Kick-Ass (2010) Scott Pilgrim
vs. the World (2010) dan fe de que Hollywood entre muchos otros medios ha
hallado una rica veta que explotar para
deleite de los fans del género, como lo veremos en las degustaciones de hoy…
No hay comentarios:
Publicar un comentario