Esta semana en Letrambulario Radio

El rostro es la cara que disponemos las personas. También designada como cara y faz, el rostro, se encuentra ubicado en la parte frontal de la cabeza del ser humano, en tanto, incluye las siguientes partes: cejas, barbilla, nariz, boca, ojos, mejilla, labio, piel y dientes. Algunas veces un rostro (ya se en forma física o en un retrato) puede contar  historias. Iniciamos Marzo con nuestro programa "A mal libro, buena cara: los rostros literarios aquí en letrambulario radio; porque las palabras también tienen rostro...

 

 Esta herramienta de expresión puede ponernos sobre aviso en cuanto a las intenciones de otros individuos. Entre las leyendas urbanas, tenemos a Slenderman, (En español El Hombre Delgado, conocido normalmente como The Slender Man o Slenderman) es un personaje ficticio que se originó como un creepypasta en los foros del portal especializado Something Awful en 2009. Es representado con apariencia de un hombre delgado, anormalmente alto y vestido de traje. No posee ningún rasgo facial, tan solo un rostro blanco. Las historias y leyendas urbanas generadas en torno al personaje lo definen como un ente fantasmagórico/espectral que acecha, acosa, perturba y traumatiza a sus víctimas, especialmente niños. Slender Man no está confinado a un solo modelo de narración, sino que aparece en multitud de obras de ficción generadas dentro de Internet, tanto audiovisuales como escritas.



En la literatura podeos citar dos casos: En la historieta, nuestro primer ejemplo tenemos a Dick Tracy, tira cómica creada por Chester Gould. Gould era conocido por su uso de villanos muy coloridos, a menudo deformes, como en los casos de The Blank (Cara de nada), Prunceface (Carapasa), Little Face (Cara de Niño) y otros.       







 

Por otra parte, El retrato de Dorian Gray, nos muestra las vanalidades y corrupción de un individuo en particular quien se refleja en un retrato que se deforma conforme su conducta se tuerce más y más, hasta el final donde ambos rostros (Dorian y su retrato) regresan a sus respectivos dueños.





Cabe destacar que el rostro de un individuo es el elemento sustancial que nos marca la identidad de una persona, es decir, a partir del rostro es que podremos reconocer y diferenciar a las personas. Otra función importantísima que despliega el rostro, gracias a los tejidos blandos (músculos de la mímica) que lo componen, es la de expresión de las emociones que va sintiendo el individuo y que están en estrecha relación con los acontecimientos que va atravesando como en las degustaciones de hoy…