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viernes, 12 de diciembre de 2008

Saludos a Cuba

Agradecemos a Luis su colaboración entusiasta desde Cuba para nuestro proyecto.
Un afectuoso saludo de todos: Letrambulante, Taller Literario.



Beethoven, cuarteto para una melancolía
Por: Luis Lexandel Pita García


Beethoven, la música ha terminado más no la noche.
Afuera es invierno como el simple rostro de los aldeanos,
el concierto que intenta el olvido,
la danza que hace interminable el canto de Dios.
poco importa el vino amargo en esta mesa
las tibias oraciones que revelan el idioma antiguo de los viajeros,
la soledad, el gesto inmóvil de la noche acariciando el sueño del ángel.
Nada cambiará nuestros días,
también tu has buscado la tranquila luz en el silencio áspero
de estas manos, los desnudos cánticos inmisericordes del tiempo.
Soy el tonto, el que escucho tarde tu llamado
aquel oscuro rumor distante de palabras
que se repiten y repiten en un cuarteto de melancolías.
No vuelvas a las sombras de estas noches que te niegan,
a los invisibles músicos deseosos del milagro,
a la rara castidad de aquella mujer que ha muerto.
En el amanecer oiremos huir a los amantes,
comeremos del viejo pan oculto para sus ojos,
creeremos en las muchachas que señalaron alguna vez
lo desconocido.
¿Quién se ha deslizado hacia ti en la hora más difícil
del crepúsculo?
¿Quién soñó cubrirte de hojas húmedas e inevitables baladas?
Todo es el comienzo, ignorar el amor como alguna vez ignoraste
la luz bajo estas cuartillas, el beso del amante hundiéndose
en la lentitud de las sombras.
Es la noche, como alguna vez fue la tibieza de lo desconocido,
El hechizo que alguna soledad tocara sobre la profecía del corazón.
Mira el fuego, su oscuro brillo dormido en las aguas
la melodía que es un instante convoca su blancura,
aquella música lejana, suave, tenaz como el perfume de la infancia.
Mira las polvorientas estatuas del tiempo que nada puede interrogarlas
y pregunta por los hombres que lloran deshechos
contra el sombrío imperio de la noche.
Sordo, sordo yo también he visto partir a los extraños
detenerse en un instante, escribir para ti páginas nocturnas,
humildes palabras que solo el viento arrastra,
entre la incertidumbre de esas viejas ruinas.
No duermas, afuera nieva y es esta nieve de París
la que ciega a los aldeanos, sus afiebrados cantos,
la fingida desnudez que nace de estas manos.
Háblame por favor, antes que la noche acabe
O también mis huellas se alejarán en la nevasca hacia el silencio.

*Entre otros, el autor ha merecido los siguientes reconocimientos: Premio BustarViejo, 2000 España. Premio: Nosside Caribe, 2003 Region del Caribe . Premio Arcolta, 2004. Libros Publicados: Oficios para el olvido, Ediciones Vigía, 2000. Delirios del escriba, Ediciones Matanzas, 2003. Dialogo en soledad, Ediciones Cause, 2004. Ritos de la primavera, Ediciones Orto, 2005. Hijos del Tiempo, Ediciones Bayamo, 2007.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Destellos lunares 1° parte



En la víspera del Letrambulario Otoño-Invierno, llegan destellos lunares.

He aquí algunos de sus reflejos.


Duerme despierta
Por: Francisco Cenamor

Duérmete mi niña al invierno
sueña que el malo no entierra sus minas
en las venas de las niñas

duérmete preciosa a la ambición
sueña que en áfrica no lloran las miradas
porque aquí hemos empezado a adelgazar

duerme mi nena también a los hombres
cuando pasean sus colas de pavo real
sumiendo a las lunas en la oscuridad

mas despierta tus ojos a la primavera
vive con quien no tiene ganas de vivir
porque otros les soñaron pesadillas

despierta como una niña que despierta
en el mundo de las caricias
no en el de las balas y la deuda externa

desperézate de las palabras que atan
y suéñame enredado en tus senos
donde la vida nos encuentra mañana

Francisco Cenamor (1965, Leganés, España). Ha publicado los libros Amando nubes (Talasa Ediciones, Madrid, 1999), Ángeles sin cielo (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2003) y Asamblea de palabras (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2007). Sus textos aparecen también en numerosas revistas y antologías. Edita el Blog literario Asamblea de palabras. Profesionalmente se dedica al teatro, el cine y la televisión.

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Reacciones Secundarias
Por: Alejandro Mitre

PRIMERO
Los cielos son los cielos
y nombrar la claridad es un abismo
que prefiero evadir
igual que a un horizonte de aves
igual que el despertar de la cera
diferente al calentamiento global
y al ayuno de las calamidades

El cielo será los cielos
y un túnel está cayendo
gota agota su amplitud
su eco se achica en la fila
de sopesar la fuerza de los astros
de transpirar la lectura del Chilam Balam
de decantar la voz que no es la mía
y es de todos los que no asisten
a la sublevación y al cubículo
dónde la sangre cohabita cúbica(mente)
con el raciocinio y la piedra.


SEGUNDO

(Cuaderno (so)segado*)

Como la soledad*

Ante el seno de la multitud
así me rindo
sin oponer lo mundano del organismo
sin parpadear
porque la lágrima no está (ex)tinta ni en el papel
ni en el filo árido del ojo

Como la soledad*
he crecido en dirección opuesta
a las manecillas de la flor
y he sido veneno espina y caos
hasta tocarle la cintura a la renovación

Renovar(C) o sucumbir como la soledad
Sucumbir(C) o renovar como la edad

La edad se pierde como los frutos fríos del sol

Los gajos de la soledad son los bumeráns
que lanza el múltiple espíritu de la tierra
hacia los tristes seres que sucumbirían
antes que continuar(C)

Alejandro Mitre(Guadalajara, Jal.,1980)
Ha publicado en las revistas: Metrópolis, Azul@rte y La trampa de arena.
Es autor de libro: Diáspora de la mansedumbre.


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Lúa de Uga
Por: Diana Laurencich

Miércoles in de naigt...
siguen volviendo los mensajes
rechazados por el masterdiamanteposthotmail.

Intento de yahoo,
que ladydi quizá esté viva...

Esta noche te dedico la luna, lúa de Uga,
¿La has visto alguna vez?
¿La has visto
en la ciudad donde duermen los camellos?

Lúa perra,
luna partida,
luna desértica,
sobre el azul magritte profundo,
tan profundo que duele.

El azul de la lotería compartida.

Soy feliz,
fui feliz el lunes gracias a tu maravillosa nostalgia
tu hoja roja, hierba roja, felicidad roja del 79.


Nota biográfica de la autora: Es difícil resumir en cinco líneas una vida y menos una de 45 y menos una errante y migrante como la mía. Nací en Argentina, viví en Alemania, Chile, España...volví a Argentina. Leo, escribo, pinto, soy activista culutural, delegada y asesora de medioambiente, escenógrafa, madre. Edito blogs desde hace mucho tiempo: El Hammam de Ulises o la bañera de Simbad, La ducha de los héroes cotdidanos, Ya no sé qué hacer conmigo, Padres en apuro...Mi primer libro: Relatos de vida. El segundo: Memorias de una migrante.
http://www.quehacerconmigo.blogspot.com/


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Estadista sentado en escalinatas
Por: Liza Rosas Bustos

Debí haber sabido que llegaría allí antes de tiempo. Debí haber sabido que la luna omnipotente desparramando luz se traía algo entre manos. Esa noche ingresé clandestino encaramado en un camión cuyo conductor me depositó en las entrañas de la ciudad. Tuve que buscarme mi propio hotel porque, desacostumbrado a los turistas como estaba, el conductor jamás me quiso hablar. O será que habrá leído que mis ojos hinchados de luz delataban impacientes mis ganas de verte.
Fallé al calcular las horas y el día en que llegarías. No lo supe hasta que estaba en la médula de la miniurbe colonial. Esa noche dormí mal. La luz de los faros se colaba a través de las ventanas sin cortinas y a través del cuero de mis párpados, abriendo ranuras diminutas por donde se diluían mis sueños, lo que me mantuvo en vilo y al acecho de tu llegada. Taciturno aún por la violencia de una mañana que llegó demasiado luego, la luz tenue me desdibujó los ojos, pero nadie lo notó. Me abrí paso entre una complicada arquitectura que le otorgaba a las calles una mezquindad de antaño y por fin, entre los raquíticos pasillos, pudo abrirse paso el sol.
La gente serpenteaba las calles mientras los ignoraba con la vista vuelta hacia tu recuerdo. Instintivo tragué las imágenes de sus caras y me abrí paso hacia una plaza que carecía de bancas. Quise darle una tregua a mis piernas y busqué el refugio de las escalinatas de una iglesia, no de las iglesias nuevas sino de las que suelen estar al frente de las plazas. Si así no hubiera sido, jamás me hubiese dado cuenta de que la gente serpenteando las calles eran siempre los mismos, gotereando de sur a norte, de norte a sur. Jamás hubiese presentido siquiera que aquélla era una ciudad circular.
Los transeúntes se aparecían por el rabillo de mi ojo derecho caminando hacia la izquierda. Después de un tiempo volvían a aparecer desde el rabillo de mi ojo izquierdo caminando hacia la derecha. Emergían por un lado zucumbiendo al rato por extremo opuesto obedeciendo una constante individual que seguía una lógica que me costaba calcular. Conté tres o cuatro veces las mismas caras en el transcurso de cuatro horas y media. Unas se sucedían menos a menudo, otras más. El proceso seguía un hilo de intermitencia cuyo secreto desconocía. Y es que había leído acerca de los beduinos de antes de la llegada de los musulmanes. Había aprendido acerca de ellos caminando a ciegas por el desierto. Pero estábamos demasiado lejos de Asia y Mohammad ya había arreglado el asunto.
La tarde alcanzaba su grosor máximo, tú no llegabas. Debo admitir que tenía ganas de marchar, pero estaba demasiado absorto en el conteo de los sombreretes, de las caras redondas de los niños, meticulosamente, augurando quiénes, cuándo pasarían o cuánto se demorarían en pasar. Tengo el orgullo de decirte que no me di por vencido. Mientras esperaba por ti, me decidí a seguirlos para tener algo nuevo que contarte. Supe entonces que aquella era una ciudad circular.
Por el camino vi a mujeres que cargaban a los hijos que aprendían a gatear y seguían caminando con ellas. Luego, muy luego ellas se iban encogiendo mientras caminantes los hijos envejecían con ellas. A medida que pasaba el tiempo muchos iban muriendo. Los hombres llorando muertes se acompañaban a los entierros de los amigos para unirse luego de vuelta a la peregrinación. Al cabo de unas horas, de unos días, los veías gravitando el mundo a través de la mezquina circunvalación que rodeaba la ciudad. Los niños que jugaban un partido de fútbol en las calles, corrían detrás de una pelota que pateaban a propósito para seguir avanzando hacia delante y volver al punto desde donde había comenzado su juego para volver a seguir su camino. Los más jóvenes ordenaban un capuchino que pagaban apurados para unirse a la caminata constante que seguía día tras día, semana tras semana sin jamás terminar el recorrido soporífero de la ciudad.
Y tú jamás llegaste como yo jamás marché. Hoy llevo conmigo un cuaderno y un lápiz para seguirlos a ellos, calcular las muertes, los nacimientos y las vueltas que cada uno de los habitantes da en el transcurso de sus vidas. Presiento que hay caras nuevas que se han unido a la marcha, gente que he visto sentada en las escalinatas donde yo mismo me senté una vez y que ya me han visto también, gente que lleva cuadernos en los que yo tal vez figure como uno más de ellos, gente que ya no son más ellos, que ahora no son sino nosotros. Debo, eso sí, confesar que ninguno de los habitantes me ha mirado directamente a los ojos. Me siento un peregrino errante en una ciudad cuyo secreto no me atañe, pero que me obsesiono por descifrar. Y es que tampoco me atrevo a hablarlos. Temiendo interrumpirles un culto ajeno, uno cuya efervescencia he llegado a considerar sagrada, no me atrevo a romper el equilibrio e importunarlos con preguntas que podrían deshacer la mística esta a la que ya me he comenzado a acostumbrar.
Y sigo el conteo, pero presiento que yo también soy contado. Y observo, pero presiento que también soy observado. Empotrado en el desdén de sus miradas me dedico a calcularlos, caminando siempre paralelo a ellos, absorto en el transcurso de la vida de los habitantes de ésta, mi ciudad circular (Publicado anteriormente en la revista Letralia.

Nota de la autora: Mi nombre es Liza Rosas Bustos. Soy profesora, periodista y escritora chilena. Me gano la vida como profesora de español en una escuela secundaria de Harlem, Nueva York. Estoy cursando estudios de doctorado en Graduate Centerde la misma ciudad.

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jueves, 27 de noviembre de 2008

La otr@ Fil

Foto: Arturo Campos Cedillo / Mural.


La Otra FIL surge con la intención de crear espacios alternos para escritores, pintores, músicos y en general para todos aquellos artistas independientes que no tienen la oportunidad de participar en la FIL organizada por la Universidad de Guadalajara. Es un foro que surgió a partir de la convocatoria de la Red de revistas y editoriales independientes, debido a la imposibilidad de muchos para cubrir los costos de los stands y pagar la renta de los salones de la FIL, donde presentar, distribuir y vender las publicaciones y novedades editoriales de sellos independientes.



La Otra FIL se ha formado como un espacio de encuentro para los artistas, promotores y editores alternativos donde exponer sus nuevas propuestas, y realizar proyectos en colaboración. La idea central es conformar redes de apoyo entre las propuestas alternativas, provocar el intercambio de materiales independientes y generar una convivencia donde surjan nuevas formas de sobrevivencia y resistencia en el terreno de la edición. Este año, se llevó a cabo del 28 de Noviembre al 7 de Diciembre.



Consejo Editorial del Letrambulario

Letrambulario estuvo presente en La Otr@ Fil. Su presentación se llevó a cabo el 1 de diciembre a las 18:00 en el Café Coronilla. Saludamos a las revistas independientes La Rueda & Fedra, quienes compartieron el espacio con nosotros.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Un vuelo más del colibrí letrambulante


Ahora puedes encontrar el "Letrambulario" en la Libreria el Aguaje, ubicada en el andador de la calle Coronilla entre Morelos y Av. Hidalgo, Guadalajara, Jal. México.

Consulta el catálogo y eventos de la librería:

http://www.libreriaelaguaje.com

miércoles, 29 de octubre de 2008

Presentación de "Miradas de Oropel"

Ahora, en la tercera edición, a la que hemos bautizado como "Miradas de Oropel", nos sentimos enpalabrados, adjetivados, llenos de sustantivos y de suaves poemas de vino tinto. Pero antes que nada, apuntamos lo siguiente: no es fácil emprender una empresa literaria. De hecho nos es extraño que la sobrevivencia de la revista haya alcanzado tales distancias.
Decir tercera edición es también decir un trcer round en la jungla clandestina de la producción artística.

Pero la pregunta, más del como se ha llegado, es el porqué seguimos sucumbiendo a este engendero que es "Letrambulario".

¿Porqué la necesidad de florecer números como si fueran hongos? Por respuesta podemos añadir que no es que nosotros la hagamos. No es culpa nuestra, sino de las letras. Después de todo ellas brotan por un instinto absurdo, muy absurdo, completamente absurdo. Nos secuestran; esa es la verdad. Las palabras tienden a violarnos a conciencia. Se confabulan e intrigan apenas nos dormimos; se nos introducen en las manos y juegan con nosotros a los salmos, a los cuentos, a los veinte poemas del contagio.

Los invitamos a desparramarse con nosotros, los letrambulantes. A que observen, con una mirada de oropel, la basta sensación de las letras...

Diego Alejandro.



Pues bien. El colibrí del Letrambulario volvió a alzar el vuelo.

El Rojo Café fue el lugar idóneo para este re-encuentro y descubrimiento entre miradas y letras que inundaron la noche.

En punto de las 8:30pm comenzó la velada con una previa presentación musical a cargo de Jaime Ruesca.




El escritor, profesor de la U. de G. y SOGEM, Marco Aurelio Larios, fué uno de los presentadores del Letrambulario.

A decir de sus palabras, la sección "Letrato", que en esta edición contó con la participación de la poeta y colaboradora del proyecto "La mujer rota" (www.lamujerrota.blogspot.com), Patricia Medina, es un punto en el que convergen los nuevos escritores con aquellos que llevan tras de sí una importante trayectoria.

Marco destacó además la personalidad propositiva de la revista, su diseño y las posibilidades que tiene para colocarse en un lugar importante dentro de la publicaciones de su tipo a pesar de ser un proyecto reciente.

Agradecemos a Marco su gentileza en presentarnos y su motivación para continuar con este proyecto.






La escritora y promotora cultural Zaida Cristina Reynoso, fué otra de las invitadas especiales que nos honraron con su palabra y sobre todo con su presencia.

Zaida, cuestiona: "...¿Habrá cabida para los prodigios en este, nuestro mundo actual?...Porque el hombre de hoy desgraciadamente acostumbrado a los portentos diarios ha perdido ya su capacidad de asombro. Y nosotros, seres comunes de la calle hemos escuchado tanto de los hoyos negros del universo como de las bacterias mutantes, de las estaciones espaciales y de experimentos de clonación.

Así pues, ¿Qué será capaz hoy de asombrarnos?

Más alrededor de una taza de café surge el prodigio. El milagro de la palabra se consuma. Las letras, cual juglares mediavales inician el recorrido para descubrir, gustar y degustar, el profundio sortilegio de lo cotidiano. Y ellas se encargan de exponer el destello poético que puede haber en el aroma que rememora aquel momento perdido en el laberinto del ayer, una ágil silueta que se desliza por los tejados, el blanco destello de una luna premonitoria y el día de hoy, unas Miradas de Oropel.. "


Algunos colaboradores estuvieron presentes para compartir sus textos.




Terrible invitación de una mirada
(Fragmento)

Por: Alejandra Díaz

En el descanso de la tormenta aparecimos en la banqueta. Salimos… Salió usted del restaurante sugiriendo haber atravesado el cristal salpicado de lluvia. Sugiriendo haberlo cortado con sus cabellos en silencio y conseguir la eterna inmutación del mismo.

Con esa timidez tan atrevida, ¡aparece en la banqueta sabiendo que ningún hombre se le resistiría! y ¿cuántas veces le he dicho que estoy enamorado de usted cuando nos miramos al espejo? Seducción completa sin duda. Estoy enamorado de usted en la banqueta, enamorado de esas zapatillas suavecitas que calzan sus pies, ¡tan delicadas y femeninas!

En la banqueta enamorados. Inseparables y hermosos aquí estamos, yo en el centro, siendo sustancia, conciencia enamorada de usted, de su cuerpo, de su estilo y feminidad al caminar, adorando su apariencia misteriosa y despistada que nunca es descuidada. Y la calle convertida en arroyo de naturales movimientos. ¡No se asuste!, cruzaremos.

Quítese las zapatillas, protéjalas entre sus manos, cuide esas zapatillas suavecitas y yo la ayudaré a cruzar cuidadosamente. Que mala suerte diferir del ritmo de las coladeras, con este corazón que funciona como reloj en secreto, viviendo la locura de percibir el tiempo como segundos ordenados en par imposible e individualmente existiendo (bu-dup—bu-dup—bu-dup), como es átomo a
molécula—individual—de par de átomos, como es todo a juego mental.

No se asuste ni entorpezca el cuerpo señorita, confíe en mi, pues yo siempre decido. Y todo eso es un juego, yo la quiero. Llegue pronto a casa, puede arriesgarse a que la gente mire lo que estamos pensando.

Cierre los ojos juguemos, viajemos, cruce la calle convertida en arroyo, ¡Que frío siente! Confíe en mí y cruce la calle, cuídeme como yo la cuido. Sé que usted me ama, aunque no pueda decirlo ni pensarlo, me ama como yo la amo a usted, aunque no pueda tocarme ni olerme. Sólo usted es digna de mí, y yo de usted.

Deme el honor de darle la imagen mental y sensitiva, seamos uno solo...(Continúa).





Visionaria
(Fragmento)

Por: Madel S.Bañuelos

Avanzamos los dos, tus ojos y yo
por calles empinadas.
Los luceros de tu cara, devorados
iluminan con niebla los míos
fanales en tu camino.

Pleno, escuchas mi hablar
los cantos y risas chocan tus dolores
y resistes con ansia los ladridos lejanos
entonces rezas: la vista deseada de cada día.

En tus cuencas, sin voluntad
naufragando conmigo, me ungiré los ojos...(Continúa).





Miedo Asfixiante
(Fragmento)

Por: Paulina Padilla

El horror carcomía la piel lentamente,
perforaba órganos, estrangulaba mi alma.

Quise gritar, pero se congelaban palabras
quise correr pero me invadía debilidad...(Contintúa).





Rosario de miradas
(Fragmento)

Por: Bayardo Vega

Rodeado de soledades ambulantes
me llegan murmullos desde dentro:
"Una vez que abres los ojos no hay vuelta atrás"
En una sociedad visual y anónima,
mirar a los ojos del otro nos vuelve inolvidables a ambos...(Continúa).



En "Miradas de Oropel" colaboraron además: Edgar Khonde (D.F), Carlos González & Javier R. Romo (Guadalajara) y Lynda Navarrete & Álvaro Castillo (Tabasco). Entendemos su ausencia en el evento, pero apreciamos muchísimo su confianza para depositar en este proyecto sus escritos. Las páginas del Letrambulario están abiertas a sus colaboraciones. Gracias otra vez.


Otras secciones del Letrambulario:

*Letrato: Patricia Medina y la búsqueda de la poesía. Por: Diego Alejandro

*Cinemorfosis: Mirando a quien no ve, Blindness (Ceguera). Por: Carmina Nahuatlato

*Ecos fonolíricos: Un alacrán y el placer de morir en la mirada. Por: Carmina Nahuatlato

*Degustaciones: Historia de un ojo. Por: Diego Alejandro.

*A vuelta de hoja: Irremediablemente...Luna. Por: Eduardo C. Medrano


Esperamos que disfruten la revista. Gracias. Letrambulante, Taller Literario.

Alejandra Alanís, Diego Alejandro, Liliana Torres, Carmina Nahuatlato & Eduardo C. Medrano, letrambulantes.