La cuerda igualitaria
Por: Indira Flamenco
En la equidad del cuarto creciente
la palabra cabe en mi pupila.
Tus manos atenazadas a mi cuerpo
tiemblan como dos niños inocentes.
Aquí el amor es un detonante
que nos embriaga,
convirtiéndonos en dos ciegos
vestidos de ternura.
En este momento exacto
vos y yo,
calzamos el mismo siglo.
Colaboración desde San Pedro Sula, Honduras.
***
Mientras la Luna duerme
Por: Lynda Navarrete
El sol brilló con más fuerza al ver a la nube que venía de la noche para encontrarse con él. Cuando la tuvo enfrente, sólo murmuró un timido “hola” que la nube apenas oyó.
Ella, adivinando su delirio le dijo, como todos los días:
--Todavía te extraña, igual que ayer, igual que mañana, sigue esperando al eclipse para volverte a ver.
Colaboración desde Lázaro Cárdenas; Tabasco, México
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